Venezuela, criptomonedas y TIC's

Ya se comienzan a leer titulares como “Venezuela, la tierra prometida para el bitcoin”, “Venezuela es el país más barato para minar bitcoin”; y otros tantos en los principales medios de comunicación de tecnología. Pues la respuesta es sí. Un estudio realizado por la empresa Elite Fixtures a nivel mundial, destacó a Venezuela al afirmar que es el país en el que resulta más económico minar bitcoin (BTC) debido al bajo costo del servicio eléctrico; le sigue como segundo país más barato Trinidad y Tobago. De acuerdo con el estudio, por cada BTC minado en Venezuela el minero obtiene 11.200 dólares.

Pavel Durov, fundador de la aplicación para mensajería móvil Telegram y de la red social VKontakte (VK) afirmó en su perfil personal que las criptomonedas representan una oportunidad para “escapar de la hegemonía estadounidense sobre la economía mundial. Por primera vez en 70 años, el sistema financiero mundial tiene la oportunidad de deshacerse de la hegemonía estadounidense, que ha impuesto su moneda nacional a todo el mundo como moneda de reserva”.

En Venezuela ya existen varias monedas digitales, como lo son: ONIX, VOT de la compañía The Social Us y el petro (PTR), moneda promovida por el Estado venezolano y respaldada por petróleo. Ojo, no se trataría de la única moneda basada en reserva petrolera, porque el 02 de mayo del 2017 fue presentado en Ginebra el bilur, una criptomoneda que equivale a un TOE (tonelada equivalente de petróleo). Al momento de escribir el artículo, un bilur vale 420 dólares y puede ser comprado, vendido o convertido en otra criptomoneda en su web bilurmarket.com.

Venezuela cuenta con un espacio geográfico y con talento humano, ideales para hacer de la economía digital, algo sostenible en el tiempo. El país tiene un potencial energético de tal magnitud, que permite asumir el reto de ponernos a la vanguardia y convertirnos a futuro en una criptonación.

Es evidente que hay muchos temas a mejorar en el país, como invertir en el sector de telecomunicaciones, terminar de implementar el sistema 4G y comenzar estudios para avanzar al 5G, que convierta a Venezuela en un país destacado en la región en el sector de telecomunicaciones; garantizar seguridad pública en las zonas donde se invierta en tecnologías; exonerar de aranceles la importación de equipos tecnológicos; promover una ley o decreto de innovación y emprendimiento; entre otros aspectos fundamentales que nos posicionarían en la región y atraería inversión extranjera.

Pienso que también es necesario, no sólo invertir en infraestructura tecnológica sino en formación de las nuevas generaciones a través del INCES o de cualquier otra institución, incluir cursos novedosos en TIC’s, blockchain, bigdata, deep learning, machine learning, fintech, IoT; reimpulsar los Infocentros, promover el e-learning de forma gratuita, renovar y ampliar los puntos de WiFi en diversos sitios de acceso público en todas las ciudades y pueblos del país. Todas estas sugerencias aquí planteadas conformarían un plan de impulso de la Economía Naranja (para el BID, la economía naranja abarca a las industrias culturales y creativas, en disciplinas como la arquitectura, la artesanía, las artes audiovisuales, el diseño gráfico e industrial, la moda, la música, los servicios digitales y el software). Es necesario que el Estado venezolano promueva la formación en TIC’s y cree concursos en donde se valore la creatividad, la innovación y el emprendimiento digital, que anime a la búsqueda de soluciones de problemas existentes en el país o incluso en la región.

Por qué depender únicamente de los ingresos petroleros, si podemos recibir ingresos por medio de la economía naranja o del turismo. Y para finalizar, considero que debemos promover aún más el estudio, uso y disfrute de las monedas digitales como forma de pago real en Venezuela.

PD: Un joven venezolano desarrolló la App CriptoLugares VE, para encontrar sitios donde se pueda pagar con criptomonedas.

Todos estos temas serán tratados con la debida profundidad en el evento Escenario 2018 de Artimuño Herrara & Asociados el próximo 8 de marzo.