Venezuela y el "Efecto Trump": revocar licencias petroleras puede ser posible, pero poco probable
Los economistas Leonardo Buniak y Víctor Álvarez analizaron escenarios del «efecto Trump» sobre Venezuela y coincidieron en que, más allá de las amenazas, el petróleo venezolano tiene un alto valor para Estados Unidos. Y explicaron por qué.
Finalmente, el republicano Donald Trump asumió, el pasado 20 de enero de 2025, su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos. La pregunta ahora es: ¿Qué pasará con la economía venezolana bajo la influencia de las políticas de Trump y su dream team de halcones?
Luis Oliveros, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FACES) de la Universidad Metropolitana (UNIMET) ha dicho a medios locales que “Trump debe inclinarse a que la economía venezolana funcione para que no aumenten los migrantes”.
El académico expresó que si -ciertas tenazas mediante- el gobierno de EEUU estrangula la economía venezolana, “un millón de venezolanos tratarán de entrar a ese país por el Darién”.
“Trump dijo que probablemente no le comprará más petróleo a Venezuela, el probablemente tiene un gran peso”, rozó Oliveros un punto muy sensible.
Según el decano Oliveros el enviado especial de Donald Trump para Venezuela, Richard Grenell, ha cruzado palabras ya con el gobierno venezolano, insistiendo en que viene un período de negociación.
Para revisar a fondo, y poner la lupa, sobre lo que puede ser el “Efecto Trump” sobre nuestra economía, Banca y Negocios entrevistó a dos economistas con experiencia internacional.
Leonardo Buniak es economista, calificador de riesgo bancario. Creador de Camels Ratings System para bancos en América Latina y de Global Map.
Estados Unidos está en sus máximos históricos de producción de petróleo, pero “cojea por la pata” de los combustibles. De hecho, los altos precios de la gasolina que desató el conflicto en el Medio Oriente fueron cruciales para jugar en contra de los demócratas.
Le preguntamos a Buniak qué medidas cree que tomará internamente -en lo económico- la gestión Trump II, y cómo pueden incidir en la economía de Venezuela. Esto fue lo que nos dijo:
“Efectivamente la producción de crudo estadounidense hoy se encuentra en sus niveles históricos más altos. De hecho, al cierre de diciembre de 2024, la extracción de petróleo convencional y no convencional promedió unos 13,2 millones de barriles diarios aproximadamente”, comienza por precisar data dura. Y agrega: “No obstante, ese volumen de crudo no alcanzó para satisfacer su autonomía y seguridad energética, por lo que tuvo que importar aproximadamente unos 9 millones de barriles diarios”, ve la otra cara de la moneda
Para Buniak, sin embargo, vale destacar que las importaciones de EEUU ya no provienen de los que una vez fueron sus proveedores tradicionales: los países árabes del Golfo Pérsico.
“Como consecuencia de la inestabilidad y la volatilidad geopolítica derivada del conflicto de Israel con el paralelepípedo chiita del Medio Oriente (Irán, Siria, Hezbollah, Hamás y las milicias Hutíes en Yemen), las grandes multinacionales petroleras norteamericanas han emprendido un claro proceso de desglobalización”, ofrece un ángulo nuevo del asunto.
Estados Unidos –apunta- ya no compra petróleo en el Medio Oriente. Y esta práctica se profundizará en el nuevo mandato de Donald Trump, según Leonardo Buniak. “El mandato no solo será perforar, perforar y perforar en la Cuenca Pérmica (Texas) o en la Cuenca de Bakken (Dakota del Norte), sino también en mercados cercanos o mercados amigos”, precisa con claridad meridiana.
Leonardo Buniak avanza en su análisis y dice que el eje central de la política estadounidenses será promover los incentivos para que las grandes transnacionales petroleras de capital americano inicien un claro proceso de friendshoring y nearshoring.
Todo queda entre amigos
“Obtener el crudo que necesitan de países amigos (Canadá, México, Guyana y Surinam) o cercanos como Venezuela quien ya se ha convertido en el tercer proveedor de crudo de los Estados Unidos desplazando sorprendentemente a Arabia Saudita”, explica el vocero.
¿Cuál es el resultado de esta estrategia, de garantizar la seguridad energética de los Estados Unidos lejos del avispero geopolítico del Medio Oriente? Es sencillo: “Venezuela paradójicamente puede consolidar su posicionamiento en el mercado estadounidense en 2025 (ya lo hizo en el 2024 con 308.000 barriles diarios) desplazando a México como el segundo proveedor de crudo al mercado norteamericano”, cae su discurso.
– ¿Cómo cree usted que Trump separará en sus políticas económicas peras de manzanas, cuando ha reconocido a González Urrutia como presidente electo?
– Quizás con el mismo pragmatismo que Richard Nixon (perteneciente a las más rancia derecha republicana y cristiano protestante-cuáquero) en 1972 cuando pactó acuerdos inesperados con Mao zedong (Comunista y ateo) para atraer a China hacia occidente con cuantiosas inversiones económicas, con el objetivo mayor de sacarla de la órbita soviética y derrotar así al gigante del comunismo mundial (La URSS). La historia nos ha enseñado que las naciones muchas veces van a la guerra y luego retornan a la paz, no por ideologías sino por intereses.
Volviendo sobre el tema energético, Buniak desliza que es muy importante entender los factores e incentivos que afectan y promueven la producción de petróleo en los Estados Unidos.
2026: ¿La caída?
“La producción de crudo estadounidense promedió los 13,2 millones de barriles diarios en 2024 y la Agencia de Administración Energética de los EEUU (Dependencia Federal), proyecta que en el mejor de los casos la producción cerrará en 13,54 millones de barriles diarios en 2025 (unos 320.000 barriles diarios más que en 2024), antes de probablemente caer el en 2026, impulsada por los precios más bajos del crudo”, da un paso al frente.
Y dispara: “La reelección de Trump, a pesar de la orden del presidente de ‘perforar, perforar, perforar’ no cambiará estas perspectivas a corto plazo. Es clave entender que quien regula la producción de crudo en Estados Unidos, no es el presidente, sino Wall Street (que demanda rentabilidad de las grandes petroleras) y los precios del crudo (quienes remuneran al productor). Son estos últimos los verdaderos reguladores de la producción petrolera. No porque Trump quiera, se producirá más crudo a corto plazo en los EEUU».
El experto indica que el 17 de octubre de 2023, el Departamento de Estado de Estados Unidos, “en un claro acto de pragmatismo” levantó las sanciones energéticas al petróleo y gas venezolano con el objetivo de asegurarse a corto y mediano plazo, precios razonables y suministro seguro en materia energética. “Este status quo no parece cambiar”, apunta Buniak.
“La dinámica de las inversiones extranjeras en la industria y en el comercio estarán afectadas por los escenarios socio-políticos, las expectativas y la evolución del tema de las sanciones. La inversión extranjera demanda rentabilidad, pero también seguridad jurídica”.
Retórica muy poderosa
Es muy probable –condimenta el economista- que veamos en el futuro inmediato a un presidente Trump cargado con una retórica política muy poderosa, dura y soez “como nos tiene acostumbrados, pero al mismo tiempo enfrentando una realidad geopolítica que le impondrá decisiones que se centren en garantizar la seguridad energética de los Estados Unidos”, sugiere.
Leonardo Buniak remarca que diversos factores de riesgos de naturaleza geopolítica están amenazando los principales corredores energéticos del planeta, poniendo en jaque la seguridad energética de EEUU y Occidente. Algunos son:
- El conflicto palestino-israelí y su proceso de regionalización (Irán y el paralelepípedo chiita) con alto impacto en los principales corredores energéticos.
- El potencial conflicto entre China y EEUU por el “Estrecho de Taiwán y el Mar meridional de la China”.
- El Conflicto europeo de Ucrania – Rusia.
- Potencial Conflicto entre Corea del Norte y Corea del Sur
- La “Cuestión Migratoria”: La viabilidad de la deportación de ilegales.
“Todos estos factores condicionan la seguridad energética, los precios del combustible, la inflación y las posibilidades de crecimiento de la economía norteamericana; y por lo tanto representan elementos de vital consideración para una revocatoria o no de las licencias energéticas en Venezuela. De manera que un escenario de revocatoria parcial o total siempre es ‘Posible’ pero en realidad poco ‘Probable’”, remata el analista.
40% de la producción mundial
Desde sus propios zapatos, Víctor Álvarez también es economista y Premio Nacional de Ciencias. Consultado sobre la influencia de la gestión Trump II sobre la economía venezolana se embarca en un análisis complejo.
“El escalamiento del conflicto bélico en el Medio Oriente representa una amenaza de cierre de los corredores de transporte marítimo por los que pasa más del 40% de la producción mundial de petróleo y pone en riesgo la seguridad energética de Estados Unidos y la Unión Europea”, echa las cartas sobre la mesa.
Y va al elemento: Trump ha dicho “no tenemos por qué comprar energía a Venezuela cuando tenemos 50 veces más que ellos”, pero en el actual escenario bélico –opina el también expresidente de Bancoex-, la seguridad energética global necesita un respaldo preventivo.
“A fin de recuperar el suministro del petróleo venezolano, Trump puede negociar licencias petroleras a cambio de deportaciones masivas de migrantes”, coincide con lo dicho a la prensa por Luis Oliveros.
El fracking
Otro asunto que obligará a la nueva Administración Trump a repensar las sanciones contra el petróleo venezolano –afila al máximo su disección- es el impacto que ha tenido la tecnología del fracking sobre la calidad del petróleo estadounidense y las exigencias que ahora se imponen a las refinerías para readaptarse a los nuevos tipos de crudo.
“Cuando los crudos son demasiado livianos para ser procesados en las refinerías actuales, tienen que mezclarse con petróleos más pesados para poder refinarlos en gasolina, diésel y combustible para aviones”, asevera Álvarez.
“Y sin producción suficiente de crudos pesados habría que reconfigurar las refinerías y construir unidades diferentes, lo cual supone inversiones que se pueden evitar si se aumenta la producción de pesados para mezclarlo con livianos y obtener mezclas adecuadas a las especificaciones técnicas de las actuales refinerías”, pone la vista obviamente sobre el petróleo de la Faja del Orinoco.
“Esta es otra razón para mantener las licencias para la extracción del petróleo venezolano y evitar la escasez y encarecimiento de los crudos pesados que requieren las refinerías estadounidenses”, relata el economista.
Pero Álvarez apela un poco a la aspereza en su discurso cuando habla de Trump y sus políticas. “Trump acusa a Venezuela de enviar criminales y enfermos mentales a EEUU: ‘la delincuencia en Venezuela bajó 74% porque tomaron a sus criminales y los mandaron para acá’. Abordar la problemática de la migración venezolana en Estados Unidos pasa por atacar las causas y no solo reprimir sus consecuencias”, dispara a quemarropa.
Alvarez: contra las sanciones
Las sanciones petroleras a un país que depende de sus exportaciones de petróleo –comenta Víctor Álvarez- agravaron el deterioro de la economía y de las condiciones de vida de los venezolanos que huyen del desempleo, la pobreza y el hambre.
Va al detalle: “Casi 8 millones de migrantes venezolanos han sido registrados por ACNUR y ejercen una creciente presión social en los países que reciben esta permanente ola de migrantes. Trump ha dado declaraciones duras contra el gobierno venezolano y criticó a Biden por haber flexibilizado las sanciones. Pero no tiene apuro con Venezuela”.
Tiene otras urgencias que atender, dice. En el corto plazo, “lo más probable es que siga la inercia de la actual política exterior de no reconocer a Maduro, sin dejar de negociar con él las deportaciones masivas de migrantes venezolanos en territorio estadounidense”.
Le asignará esta misión a la nueva autoridad fronteriza, Tom Homan, para que reactive la negociación de acuerdos migratorios entre Washington y Caracas, aporta información relevante el vocero, “paralizados desde que se suspendió la licencia a Pdvsa”.
-Hay una sanción para aquellos países que hagan negocios con Venezuela. Más allá del petróleo, ¿Qué esperar de las inversiones extranjeras en la industria y el comercio?
-A fin de sumar a las grandes corporaciones estadounidenses y europeas al lobby para flexibilizar las sanciones, se plantea ofrecer a la inversión extranjera un mayor porcentaje de participación accionaria en las empresas mixtas de la Faja Petrolífera y del Arco Minero. Pero más que un plazo mayor de las licencias, las inversiones a largo plazo para perforar nuevos pozos y aumentar la producción requieren un levantamiento de las sanciones.
«Es así como se podrá reconstruir la industria para producir el petróleo y gas que necesitan las economías estadounidenses y europeas. Esto requiere adecuar el marco legal e institucional para estimular una creciente inversión privada que sea capaz de rentabilizar los yacimientos petroleros, contribuir al fisco con el pago de impuestos, corregir el déficit fiscal, erradicar su financiamiento monetario, estabilizar el tipo de cambio y aliviar la inflación».
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