En un enfrentamiento entre dos jugadoras con estilos muy similares, que vio múltiples roturas de servicio por ambas, la zurda checa pareció soportar mejor la presión, imponiéndose por 6-4 y 6-4, en una hora y 20 minutos.
Vondrousova, de 24 años, que ya disputó una final de Grand Slam en 2019 en París, solo había ganado dos partidos sobre hierba en su carrera antes de llegar este año a Wimbledon tras recuperarse de dos operaciones de muñeca.
«El tenis es una locura», se exclamó emocionada esta primera tenista que gana el torneo sin ser cabeza de serie. Y recordó que «llevaba una escayola el año pasado por estas fechas».
«Estas dos semanas han sido agotadoras, pero fue increíble y estoy tan orgullosa», afirmó, dando las gracias a todo su equipo y a su marido por el apoyo para ganar en la víspera de su primer aniversario de bodas.
Tras su victoria, esta medallista de plata olímpica en 2020, conocida por sus múltiples tatuajes, debería volver entre las 20 primeras de la clasificación WTA el lunes, tras haber sido número 14 en 2019.
«La derrota más dolorosa» es Wimbledon
«Ons, eres una inspiración para todas nosotras, espero que ganes un día, eres una persona increíble y estás haciendo un trabajo increíble», le dijo a la subcampeona.
Jabeur, número seis del mundo de 28 años, perdió, aparentemente víctima de los nervios, su segunda final consecutiva en el gran torneo inglés, una derrota que se suma a la sufrida el año pasado en la final del Abierto de Estados Unidos.
«Esto es muy, muy duro», reconoció. «Creo que esta es la derrota más dolorosa de mi carrera», afirmó con lágrimas en los ojos la tenista que aspira a ser un ejemplo para las mujeres y las niñas de Túnez y de toda África.
«Va a ser un día difícil para mí hoy, pero no voy a abandonar y volveré más fuerte», aseguró.
El año pasado, Jabeur perdió la final de Wimbledon contra la kazaja Elena Rybakina, a la que este año eliminó en cuartos de final.
Pese a haberse mostrado concentrada y determinada durante todo el torneo, venciendo a otras grandes jugadoras como Petra Kvitova -dos veces campeona de Wimbledon- y Aryna Sabalenka -número dos del mundo-, la tunecina perdió el control contra Vondrousova.
Ambas desplegaron un tenis rápido, variado e inteligente. Pero la checa cometió menos errores no forzados, 13 frente a los 31 de Jabeur, y aprovechó más puntos de quiebre, ganando 6 de 7 contra los 4 de 10 de su adversaria.
Los golpes profundos de Jabeur a menudo superaron la línea de fondo y muchos de sus reveses chocaron contra la red. Falló más de la mita de sus primeros saques.
Quiebre tras quiebre
Las dos comenzaron el partido nerviosas y sufrieron rápidamente sus primeras roturas: Vondrousova en el segundo juego, la tunecina en el tercero.
Acelerando los golpes cortados o liftados de la checa, Jabeur la empujó al error para romperle de nuevo el servicio en el sexto juego. Pero esta quebró a su turno en el séptimo, devolviendo con un increíble passing una dejada casi imposible.
Una nueva rotura por la checa en el noveno juego decantó a su favor la primera manga, que se apuntó en 40 minutos.
La tunecina parecía desconcentrada al comenzar el segundo set, con su saque, que entregó inmediatamente debido a errores no forzados.
Visiblemente frustrada, explotó una doble falta de Vondrousova y con determinación le quebró el servicio en el segundo juego y de nuevo en el cuarto.
Pero la checa, rápida y hábil, recuperó el terreno perdido en el quinto, empujando al error a una Jabeur que no parecía dar crédito.
Sirviendo con el marcador en 4-4, en el peor momento para entregar de nuevo su servicio, la tunecina luchó en las voleas, pero sus derechazados se estrellaron tozudamente contra la red y volvió a perder, sirviendo el partido en bandeja a Vondrousova.
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