Estados Unidos dijo que estaba dispuesto a reunirse con Irán y renunció a las pretensiones del expresidente Donald Trump de imponerle nuevas sanciones en la ONU, lo que supone una apertura para impulsar la diplomacia nuclear.
Horas después de que el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, hablara con sus homólogos europeos, Washington acogió la propuesta de convocar conversaciones con todos los países que formaron parte del acuerdo nuclear con Irán de 2015.
El director de política exterior de la Unión Europea (UE), Enrique Mora, propuso después a través de Twitter una reunión informal de todos los participantes, afirmando que el acuerdo nuclear se encontraba en un «momento crítico», antes de que se cumpla el plazo del fin de semana para que Irán restrinja algunas inspecciones nucleares de la ONU.
«Estados Unidos aceptaría una invitación del Alto Representante de la Unión Europea para asistir a una reunión del P5+1 (Washington, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) e Irán para discutir una vía diplomática sobre el programa nuclear iraní», dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
Durante su mandato, Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear y en su lugar impuso amplias sanciones para acorralar a Irán.
Pero el nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, apoya la vuelta a la diplomacia, argumentando que el acuerdo de 2015 fue eficaz para reducir el programa nuclear de Teherán.
Queda por ver si Irán también estará dispuesto a sentarse a la mesa con Estados Unidos.
Irán ha insistido en que Estados Unidos levante primero las sanciones antes de volver a cumplir plenamente el acuerdo de 2015, lo que revertiría los pasos que dio en protesta por las medidas de Trump.
El jueves, el gobierno de Biden dijo que ya no impulsaría las nuevas sanciones contra Irán en Naciones Unidas.
En una carta, el embajador estadounidense ante la ONU, Richard Mills, dijo que las sanciones que se supone se restablecerían en agosto «continúan eliminadas».
El exsecretario de Estado Mike Pompeo había argumentado que Estados Unidos seguía siendo técnicamente un participante en el acuerdo de 2015 y que detonaría las sanciones de la ONU por sus violaciones.
Pero incluso los aliados cercanos de Estados Unidos desestimaron el argumento y Naciones Unidas dijo que no habían entrado en vigor tales sanciones adicionales.
La administración de Biden anunció además este jueves que va a relajar las draconianas restricciones de movimiento impuestas por el gobierno de Trump a diplomáticos iraníes acreditados ante la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
«La idea es tomar medidas para eliminar obstáculos innecesarios para la diplomacia multilateral enmendando unas limitaciones a los viajes internos que han sido extremadamente restrictivas», dijo un funcionario del Departamento de Estado a periodistas.