El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que su país estaría en una posición fuerte en caso de una guerra contra Irán y que un eventual conflicto «no duraría mucho» tiempo.
Durante una entrevista emitida en Fox Business News, Trump dijo que espera que no haya guerra, pero que su país está «en una posición muy fuerte si tal cosa llegara a ocurrir».
Un eventual enfrentamiento armado «no duraría mucho», dijo también el presidente estadounidense. «Y no estoy hablando de tropas en el terreno», aseguró, en declaraciones que sonaron como una nueva advertencia a Irán.
La actual crisis con la república islámica comenzó el año pasado cuando Estados Unidos se retiró del acuerdo nuclear multilateral con Irán, y se acrecentó la semana pasada después de que Teherán derribara un dron de vigilancia estadounidense.
El martes, en un cruce de insultos entre Washington y Teherán, Trump amenazó que respondería a cualquier ataque iraní con una fuerza «aplastante», y que en algunos casos eso podría ser equivalente a la «aniquilación».
Irán apostó por su parte este miércoles por la moderación, tras una primera reacción muy firme al anuncio de las sanciones de Estados Unidos.
El presidente Hasan Rohani, en una conversación telefónica con su homólogo francés Emmanuel Macron, aseguró que «no busca la guerra con ningún país», ni siquiera con Estados Unidos, según la agencia oficial iraní Irna.
Rohani expresó a Macron la decepción de los iraníes ante lo que Teherán considera la inacción de los europeos en relación al pacto nuclear.
El presidente iraní insistió en que «la adhesión de Irán [al acuerdo nuclear concluido en Viena en 2015] estaba supeditada a las promesas europeas destinadas a garantizar los intereses económicos de Irán, ninguna de las cuales se ha concretado», advirtió Rohani.
– «Nada que esperar» –
Las palabras de Rohani contrastan con el contenido muy severo de una nota redactada por el almirante Alí Shamjani, secretario general del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, afín a los conservadores, publicada el martes por la agencia Fars.
El oficial dice que no hay nada que esperar de los europeos y que Irán aplicará de forma «decidida» la segunda fase de su «plan de reducción» de compromisos en materia nuclear, a partir del 7 de julio.
Es decir, que Irán volverá a enriquecer uranio a un nivel prohibido por el acuerdo de Viena y reactivará su proyecto de construcción de un reactor de agua pesada en Arak (centro), por ahora suspendido.
Esto, cuando los dichos de Rohani dan a entender que aún hay margen para salvar el acuerdo, y revertir las decisiones.
Mediante el acuerdo de Viena, Irán se comprometió a no dotarse del arma atómica y a limitar drásticamente su programa nuclear, a cambio de un levantamiento parcial de las sanciones internacionales que asfixiaban su economía.
Las sanciones extraterritoriales que Estados Unidos volvió a imponer desde agosto de 2018 contra Teherán han conducido a los principales clientes de la república islámica a renunciar a comprarle petróleo. Además, aíslan a Irán del sistema financiero internacional, privando así al país de los beneficios económicos que esperaba obtener del acuerdo de 2015.
Como reacción, Irán informó el mes pasado que dejaría de sentirse constreñido por algunos de los límites impuestos por el pacto.
Teherán también ha dirigido un ultimátum hasta el 7 de julio a los demás Estados que firmaron el acuerdo de Viena (Alemania, China, Francia, Gran Bretaña y Rusia) para que ayuden al país a eludir las sanciones de Estados Unidos. Si no es así, avanzaría entonces en ese «plan de reducción» de compromisos.
– Reunión con Trump –
La conversación de Rohani con Macron se produjo antes de una reunión prevista del presidente francés con su homólogo estadounidense, en la que se hablará seguramente del tema iraní durante la cumbre del G20 que se celebra este viernes y sábado en Japón.
Además de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, este G20 debe girar en torno a Irán, escenario de una de las crisis internacionales de mayor tensión en la actualidad.
China, enfrentada con Estados Unidos por el dominio económico y tecnológico, es uno de los principales importadores del petróleo iraní, y está aliada con Teherán frente a Washington.
Las últimas sanciones estadounidenses a Teherán, que entre otros se dirigen contra el líder supremo Alí Jamenei, también han sido denunciadas por Moscú. Y el miércoles un consejero del Kremlin dijo que el presidente Vladimir Putin se encontrará con Trump al margen del G20 para hablar de la guerra en Siria y las tensiones con Irán.