Miles de migrantes venezolanos permanecen varados en el sureste de México a la espera de un salvoconducto que les permita llegar a la frontera con Estados Unidos, mientras que decenas continúan siendo expulsados tras una reciente decisión de la Casa Blanca.
Los migrantes esperan en San Pedro Tapanatepec, un pequeño poblado del estado de Oaxaca (sur), a que las autoridades mexicanas les otorguen un permiso que les permita cruzar México rumbo a Estados Unidos.
Sin embargo, varios de ellos acusan la tardanza de las autoridades migratorias y la falta de información.
«Hay personas que aquí llevan siete u ocho días esperando este permiso para continuar nuestro viaje», dice a la AFP Mariela Molina, una migrante venezolana. «¿Qué va a pasar con todas las personas que estamos varadas aquí en México? Debemos de haber 10.000 migrantes varados, estamos realmente desesperados».
Según las autoridades locales, en el poblado hay entre 10.000 y 12.000 migrantes esperando permisos migratorios, lo que ha comenzado a colapsar los servicios básicos como la recolección de basura.
Molina y los demás migrantes esperan los permisos migratorios a pocos días de que entrara en vigor un acuerdo entre Washington y México, para devolver, por razones humanitarias, a los venezolanos que entren ilegalmente en Estados Unidos.
La Casa Blanca permitirá solo la entrada 24.000 venezolanos que lo hagan con una autorización de Washington y por vía aérea, lo que frustró el esfuerzo de quienes intentan cruzar desde territorio mexicano.
Tras la entrada en vigor de la norma, el pasado 13 de octubre, decenas de migrantes venezolanos han sido devueltos a México desde Estados Unidos.
Varios de esos migrantes expulsados están acampando en Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, en espera de que las autoridades les informen de qué sucederá con su proceso migratorio.
«Hay muchos migrantes. Detrás de nosotros viene muchísima gente más, no queremos que esto se convierta en una condición de hacinamiento. Queremos que nos den una oportunidad de poder demostrar y poder ser trabajadores», dijo Marco Quijada, un migrante venezolano de 38 años, cerca del puente fronterizo que une México con Estados Unidos en Ciudad Juárez.
El gobierno mexicano empezó a pedir visa a los venezolanos a partir de enero pasado, lo que empujó a miles a tratar de cruzar el país de manera clandestina o en caravanas que buscan llegar a Estados Unidos.
Entre octubre de 2021 y agosto de 2022, más de 150.000 migrantes venezolanos fueron detenidos en la frontera con México, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.