#YoTePregunto | María Carolina Uzcátegui: Papelerías y librerías están en vías de extinción
María Carolina Uzcátegui asumió la presidencia del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) en mayo de 2017. En poco más de un año le ha tocado vivir las protestas contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro -fuertemente reprimidas- y que dejaron a cientos de comercios afectados, muchos de los cuales no pudieron recuperarse.
Pero además, apareció la primera cifra formal de hiperinflación, se incrementaron los niveles de escasez y la falta de efectivo que llevó a las autoridades a recurrir a un proceso de reconversión monetaria que eliminará tres ceros al bolívar a partir del 4 de agosto, según lo previsto, para lo cual todos los sectores económicos del país se preparan.
Ha sido un entorno bastante difícil el que le ha tocado a esta trujillana con 10 años de actividad gremial. Proveniente de una familia de empresarios en su región natal, Uzcátegui se reserva cuál será su próxima paso luego que concluya su gestión en Consecomercio en mayo de 2019. Pero por lo pronto, observa cómo a la par de oportunidades que se presentan en el sector servicios y particularmente en la exportación de tecnología, negocios tradicionales como los de papelería, librería y juguetería comienzan a desaparecer.
–El presidente Maduro percibe el país como un campo de batalla donde se libra una guerra económica. ¿Cómo terminará?
–Hay un país que reclama bienestar, progreso, crecimiento, libertades, sobre todo libertades económicas de un sector empresarial que apuesta a Venezuela. Y del otro lado, hay un gobierno que no cree en el libre mercado, en la libre iniciativa, que considera que los controles, la represión, el acoso y la persecución son las mejores formas de manejar un país. Eso ha traído como consecuencia que tengamos una hiperinflación terrible y una situación económica precaria, en la que el poder adquisitivo de los venezolanos está completamente depauperado. ¿Quién dispara contra quién si esto es una guerra? Aquí solo hay una víctima y un victimario: el país y el gobierno. ¿Cómo terminará? Esperemos que pronto.
–¿No se anticipan los comerciantes al alza del dólar paralelo en medio de una creciente incertidumbre por un entorno hostil a la empresa privada?
–La existencia del mercado paralelo se debe única y exclusivamente a un control de cambio que, luego de 15 años, ha demostrado ser una fuente de corrupción y distorsiones económicas. Sabemos que 97% de las importaciones se hacen con dólar negro porque han mermado los ingresos del gobierno. Nosotros no tenemos manera de predecirlo ni de controlarlo. El dólar paralelo va a seguir aumentando en la medida en que por falta de confianza no vaya a haber inversión privada.
–Un negocio deja de ser negocio cuando ya no es rentable. Cientos de comercios han cerrado sus puertas en los últimos años. ¿Quedan incentivos en el sector?
–No hay ningún incentivo. La caída el sector productivo nacional se estima que esté por 60% de lo que èramos hace 10 años. La contracción del PIB ha sido brutal y todo indica que va a ser peor. De los sectores de la economía, el comercio es el más libre porque no dependemos de los gobiernos en el sentido del proteccionismo o las ayudas, pero sí de las oportunidades. Fluimos al ritmo de las oportunidades y en este momento en el país son bastante limitadas.
–¿Es muy diferente la realidad de las cámaras regionales a la que se vive en Caracas?
–Probablemente en el colapso de los servicios públicos. En el interior del país el fluido eléctrico es más inconstante. La inseguridad en algunas partes es más fuerte que en otra.
La gremialidad se ha visto severamente afectada, 60% de todo lo que es el plantel empresarial desde el primario al terciario ha disminuido. Los gremios somos el reflejo de cómo está funcionando el país. Un país con este nivel de depauperación por supuesto va a tener gremios débiles, sin fortaleza.
–¿Hay cifras sobre los puestos de trabajo que se han perdido en el sector en el primer semestre de 2018?
No tenemos cifras, llevarlas de manera privada es bastante complejo, sobre todo porque tenemos una combinación de la contracción de la economía que lleva a las empresas a reducir la oferta de empleo y de la gente que abandona los puestos por migración y afecta muy fuertemente a todas las empresas del país. Ahora se habla de puestos de trabajo vacantes sin nadie que los ocupe.
–La crisis es general, pero ¿qué áreas dentro del comercio y los servicios han presentado mayores problemas?
–Todos los subsectores han sido fuertemente afectados. Las menos golpeadas son las vinculadas al sector de alimentos. Sin embargo, se registra una caída en el consumo de alimentos en el primer semestre que ronda el 60%, lo cual es grave si tomaos en cuenta que más de 95% de los ingresos del venezolan se destina a comida. Se habla de un 80% de caída en calzado y ropa en general. En juguetes, la mayoría de los comercios dedicados a este rubro están prácticamente cerrados y papelerías y librerías están en vías de extinción.
–¿Dónde están las oportunidades?
–Ante la caída del poder adquisitivo del venezolano se abre en este momento la posibilidad de producir para comercializar en el exterior y de esa manera obtener divisas para también repotenciar nuestra oferta salarial. Es una posibilidad que se está evaluando y que ya muchas empresas han iniciado, pero el colapso de los servicios públicos y otros factores han hecho que ese proceso de internacionalización, de abrirnos a mercados foráneos sea menor.
Lo que sí ha tenido un crecimiento importante es la oferta de servicios, sobre todo en tecnología, de aplicaciones para celulares, desarrollo de software. Es un mercado que ha crecido bastante y en el cual se han abierto oportunidades dentro y fuera de Venezuela.
–Otrora, el último trimestre del año siempre representaba una tabla de salvación para el comercio en tiempos de crisis, pero las características de la actual son inéditas. ¿Cuál es el comportamiento que vislumbra para ese período?
–En esta ocasión el último trimestre del año no a representar la tabla de salvación para el comercio porque el problema sigue siendo el mismo. No hay poder adquisitivo en la población para comprar ningún tipo de producto. La situación para finales de año no parece ser diferente.
–¿Cómo pueden los comerciantes enfrentar al gobierno?
–Los comerciantes no estamos aquí para enfrentar a nadie. El gobierno no debería confrontar. Nuestro objetivo es trabajar, crear empleo, bienestar, comprar y vender, es nuestra razón de ser. Nuestra posición no es de enfrentar ni confrontar, más bien de resistir, de sobrevivir.
–¿Qué se propone cambiar como presidente de Consecomercio?
–No estamos para cambiar nada, nuestra función es representar a los comerciantes del país ante cualquier situación que se presente, defender los derechos y libertades económicas de los comerciantes y prestadores de servicios e impulsar el emprendimiento y ruedas de negocios.
–Después de la presidencia de Consecomercio ¿cuál es el siguiente paso?
El país y sus circunstancias decidirán cuál es el paso siguiente.
Fotografía: Eduardo Arévalo/Consecomercio
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